lunes, 15 de febrero de 2010

RIO ARRECIFES: EL RIO ll

Los barrancos del río, muy arbolados en el municipio de Arrecifes y de altura variable, a veces de varios metros, siempre constituyeron un obstáculo al paso de los primitivos vehículos, hasta que a fines del siglo XIX y principios del XX se construyeron los primeros puentes.
Los barrancos al irse desmoronando durante las crecidas del río, dejan aparecer los esqueletos fósiles de grandes mamíferos del cuaternario, que por una u otra razón terminaron sus días allí. Con el transcurrir del tiempo terminan cayendo al lecho del río, desintegrándose y desapareciendo.
Este río tiene una gran cuenca en el norte bonaerense, por ello cuando llueve torrencialmente su cauce crece varios metros. EN Arrecifes, ciudad, hasta más de 6 metros.Por otra parte, el lecho de su cauce, no es como podría pensarse liso y barroso, sino que posee una canaleta natural en su fondo, de profundidad y ancho variable, según el lugar, que lo mantiene libre de barro. Esta canaleta, cuando se aprende a ubicarla por las burbujas que suben a la superficie, facilita mucho su navegación por pequeñas embarcaciones a remo.
Los pozos que posee su cauce, según hemos podido determinar navegándolo, son de tres tipos: Los propios de la permanente caída del agua, durante siglos, en los rápidos o arrecifes. A estos debemos agregar los del extremo anterior (aguas arriba) del fondo de laguna que produjo los arrecifes, cuando no está enterrado debajo del cauce. También debemos mencionar dos remolinos de agua, que hacen girar sobre sí misma la embarcación del navegante desprevenido, al parecer por haberse formado un túnel subacuático debajo un fondo de laguna. De uno un nadador local (Juan Carlos Bergés) nos comentó que tiene 8 metros de profundidad, además de un alero subacuático contra la corriente, a más de bollos de almbre en su fondo. Otros pozos son los ocasionados por vertientes subterráneas, en cualquier lugar, en el fondo del cauce. Vertientes de origen desconocido hasta el momento, algunas desde lugares muy remotos, pues conocemos uno, cercano a la ciudad de Arrecifes, que al parecer petrifica los huesos que caen allí con dióxido de silicio. Estas vertientes al aflorar desde los fondos del cauce, los mantienen libres del barro y cascajo que arrastra la correntada, por lo cual nunca se rellenan.
Además los barrancos del río suelen tener manantiales de agua dulce o salada, según el sitio, provenientes de los campos vecinos.
Ernesto Fidel Atencio

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