RIO ARRECIFES: LIBERACION DEL NAUTA

El 31 de enero,1979, habiendo logrado la participación de dos pergaminenses: Ariel Bártoli y Nestor Kucner, gracias a los buenos oficios del suboficial(R.E.) Juan Luís Fernández. Además de una embarcación proporcionada por el abuelo de Ariel, el dirigente fomentista socialista Don Eledo Bártoli (Embarcación conservada por sus descendientes como una reliquia histórica), me dirigí por la tarde a Arrecifes (56 kilómetros), en ómnibus. Para confirmar todo estuviera bien y la hora en que partía el Raid.
Llegado a destino me reuní con Paccusse, quien me pidió le acompañara, pues debía hablar con el jefe policial de Arrecifes para pedirle la libertad de un Amigo del Río, el cual estaba preso por una pelea, y Maggi le había pedido o exigido su liberación, para su participación en el Raid.
Era evidente que necesitaba un forastero para darle más "peso" al pedido. Así que nos dirigimos a la comisaría, donde su comisario, de unos 40 años y bien informado (Por ese tiempo gobernaban los militares), nos estaba esperando. ¡Pobre, no conocía al Dr. Paccusse!
Ni bien nos presentamos (Paccusse llevó la voz cantante y me presentó), y el comisario dijo su apellido, Paccusse le preguntó si era pariente de alguien con apellido parecido, del pueblo Pérez Millán y que sí lo era suyo. A la respuesta negativa del comisario, empezó a pasearlo por todos los pueblos y ciudades donde él tenía parientes, o familiares de sus parientes, buscando uan relación familiar con el comisario. Créase o no, así siguió indagando, y tratando temas recionados, por casi dos horas, con el comisario. Toda mi participación durante tal tiempo, fue algún esporádico: ¡Sí, Doctor! o ¡Por supuesto, Doctor!
Finalmente halló un pariente lejano que vivía a varias cuadras de un familiar del comisario, no recuerdo en que ciudad del Gran Buenos Aires.
Ernesto Fidel Atencio
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RIO ARRECIFES: LIBERACION DEL NAUTA II

Entonces le habló del raid náutico que se realizaría el día siguiente, con participación de la Marina y apoyo municipal, y expresó veníamos para pedir por la libertad de un participante preso por una pelea. El comisario no puso ningún reparo y dijo a la mañana siguiente lo liberaría, para que pudiera participar. A continuación el Dr. Paccusse lo invitó a la cena de camaradería, un asado, que se realizaba en el Balneario Municipal. Ya era noche. El comisario aceptó, tomó una cuchilla que tenía encima de un aparador y nos acompañó caminando al Balneario.
En el camino nos comentó había sido de un preso y, por las dudas, nos mostró el filo de la cuchilla. ¡Qué tiempos aquellos,...!
Llegados al Balneario dejamos el comisario en la mesa, donde se hallaban el Intendente y el Jefe de Relaciones Públicas del Area Naval Zárate, entre otros.
Luego, mientras el Dr. Paccusse realizaba su acostumbrada recorrida por las mesas, una por una, saludando a quienes conocía, preguntándoles como se hallaba algún familiar, y averiguando quienes eran los que no conocía. Dando a todos, personalmente, una palabra de agradecimiento y haciendo algún mimo a los niños. (Esto más que una costumbre, la consideraba una obligación y la cumplía siempre, aún cuando los gastos de la cena los pagara él, de su propio peculio. Casi siempre. Sin embargo, esta vez se comentó la carne la había provisto la Munipalidad.)
Yo, por mi parte, me dirigí a la ruta para tomar un ómnibus hacia Pergamino.
Al día siguiente, al fin comenzaría la gran aventura, en el hasta entonces misterioso Río Arrecifes.
Ernesto Fidel Atencio
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RIO ARRECIFES: LANCHA "DON ELEDO"

DIARIO DE NAVEGACION DEL RAID NAUTICO ARRECIFES-BARADERO, 1 al 4 de febrero de 1979

A mediodía, luego de un homenaje al Almirante Brown(1), en la plaza que lleva su nombre, se sirvió un almuerzo criollo en el Balneario de Arrecifes, con la presencia de los jefes de la Región Naval Zárate y de la Subprefectura de Baradero, autoridades de Arrecifes, las delegaciones participantes del raid: Club de Regatas y Subprefectura de Baradero, nosotros de Pergamino, un cabo y cinco conscriptos del Arsenal de Zárate y los arrecifeños. En determinado momento los pergaminenses nos dirigimos al señor comandante de la Región Naval Zárate(2), exponiéndole nuestra inquietud de formar una institución que nos nuclee, ante lo cual el Capitán de Navío Don Sergio Buitrago nos urgió a dicha realización y habló de aportar algún elemento náutico en cuanto la misma se concrete.
(1) Yo sugerí al Dr. Paccusse realizar un homenaje al Almirante Brown, así asegurábamos la participación de la Marina en el raid y, por ende, el apoyo municipal. Hasta el momento nos habían tenido por unos ilusos. Paccusse, que como buen historiador era respetuoso de los próceres nacionales, aceptó encantado la idea y la llevó a la práctica.
(2) Quienes realizaron la gestión fueron el suboficial (RE) de marina Juan Luís fernández(Era su principal motivación), el ingeniero René Bártoli y el señor Pedro Kucner. Los demás sólo hicimos número.
Ernesto Fidel Atencio.
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RIO ARRECIFES: POZO DEL COTON

Luego del almuerzo y ante una crecida cantidad de público partimos hacia Baradero. El primer tramo se caracterizó por fondos pedregosos de poca profundidad y fuerte correntada, teniendo que bajar frecuentemente de las embarcaciones para reducirles el peso y correr por los rápidos, con los consiguientes golpes y moretones(1). Algunos muchachos que miraban nos ayudaron en algunas partes. El más difícil de tales lugares fue el conocido como Paso del Cañón. En todos estos rápidos fue dable observar grandes bogas, sábalos y dorados mientras saltaban los escollos. Los tripulantes de una canoa provista de un esparavel obtuvieron varios para la cena; un tero y un biguá, cazados durante la travesía, también sirvieron para reponer enegías. En este tramo se pasó frente a numerosos pescadores deportivos, quienes caña en mano, estaban metidos en el río hasta la cintura. Se vieron algunas construcciones del Canal del Norte, entre las vías del ferrocarril Mitre y Paso del Cañon, siendo un tajamar el mayor. El conscripto zarateño Montiel, oriundo de La Pampa, que no sabía remar, volcó repetidas veces lo cual no afectó su alta moral. Por la escasez de canoas en Arrecifes a los marinos se les dió aquellas que nadie se atrevió a utilixar. Llegados al Pozo del Cotón se acampó para pasar la noche. Al atardecer un avión de Arrecifes dio un par de pasadas para conocer nuestros progresos. En un banco de guijarros se hallaron huesos quemados y quebrados de gliptodonte y otros animales, a más de un fragmento de cuarcita, uno de los huesos con señales de utilización. Entre los raidistas se comentó con orgullo de argentinos que el conscripto de marina Montiel sólo podría correr a los chilenos, en caso de haber conflicto en el Beagle(2).
(1) El secreto está en no largar la embarcación y dejarse llevar. Nuestra lanchita de fondo plano y formato rectangular se prestaba para ello. Naturalmente, esto es posible sólo cuando el río está bajo y la pendiente es casi nula.
(2) Por ese tiempo había una discusión sobre límites con la vecina y hermana República de Chile.
Ernesto Fidel Atencio.
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RIO ARRECIFES

Vista del río Arrecifes. Fotografía gentileza de Gastón Davidson, Arrecifes.

RIO ARRECIFES: PUENTE BELARDRICH

Lancha "DON ELEDO". Diario de Navegación,
Viernes 2 de febrero, 1979
Obscuro aún se mateó y a la salida del sol, en cuanto levantó la neblina, se prosiguió rumbo a Baradero. En este tramo los rápidos disminuyen de frecuencia, lo que nos permitió emplear el motor Yumpa, de 5 H.P., más tiempo y aún ayudar algunos arrecifeños con problemas, aunque apareció el fantasma de la falta de nafta. Preocupa a todos el no poder llegar a Baradero el domingo a las 18 horas, pues se teme que recién se llegue al día siguiente, y por lo tanto el ritmo de navegación se hace continuado. Al pasar por el puente Ham se retiran Ansala que rompió la embarcación y el cabo Alvarez, con cuatro conscriptos. Montiel prosigue. Se recuperan algunos huesos fósiles en el trayecto, pero el ritmo de marcha no permite hacer mayores investigacioines. Al mediodía se amarra en el puente Belardrich, donde se hace sentir la falta de agua y cubitos. Comida tenemos pues los pescadores del grupo aportan más peces. Después de las 13 h. llega un auxilio de la municipalidad de Arrecifes con carne, bebidas y cubitos, mientras tanto con ayuda de un vehículo, que pasaba por el camino, se solucionó el problema de la falta de agua y nafta. También llegan un periodista de Arrecifes y algunos parientes de los raidistas. Con gran alegría de los partipantes se reincorporan tres de los conscriptos de la marina.
Ernesto Fidel Atencio.
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RIO ARRECIFES: EN ALGUN LUGAR

Después del almuerzo se prosigue la navegación. A nuestra lancha hacemos subir al Dr. Paccusse, quien nos acompañará durante todo el resto de la travesía, para facilitar la marcha de los arrecifeños. El río presenta barrancos de tierra floja, donde los árboles de las orillas son arrancados por las crecientes y se amontonan formando verdaderos obstáculos para la navegación, además las numerosas curvas que tipifican el río se multiplican. Es evidente que hace sólo pocos milenios estas tierras eran ocupadas por el río de La Plata o el Paraná. Los fósiles que aparecen en los barrancos son relativamente nuevos. Se descansa unos momentos en un monte y luego se prosigue. Pasamos por el puente de la vía que se dirige a Ingeniero Moneta, donde hay pescadores deportivos, y un manantial es aprovechado por algunos. Al atardecer, ya extenuados, acampamos en un campo a la orilla del río. Faltan agua y cubitos, comida no pues todavía hay carne de la provista por la municipalidad de Arrecifes, pescado fresco y un misterioso lechón (Presumo que fue un "arreglo" del Dr. Paccusse). Un molino próximo no funciona, lo que nos obliga terminar casi con las reservas de vino. Leña no faltó nunca pues por todas partes hay ramas y árboles secos. Un avión de Arrecifes aterriza para requerir noticias (Polidoro) y de paso se les encarga los anhelados cubitos. Al obscurecer llegó la canoa de los bomberos de Arrecifes.
Ernesto Fidel Atencio.
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RIO ARRECIFES: RUTA PANAMERICANA

Lancha "DON ELEDO", Diario de navegación, Sábado 3 de Febrero, 1979
Se vuelve a proseguir la navegación, ya no existen los rápidos, y los ramajes que molestan el paso se hacen más escasos. El río es más ancho y profundo. Las barrancas cada vez son geologicamente más recientes. A poca distancia de donde pernoctamos encontramos un molino de agua, que afortunadamente había sido arreglado el día anterior, según nos comentó un puestero. Todos nos proveemos de abundante agua fresca. En el río nos enfrentamos con mallones, espineles y barriletes. Un espinel se nos enreda en la hélice y lo cortamos. La otra lancha (la Dalila) se traba en un trasmayo y aprovecha para surtirse de pescado. En total y por desgracia pasamos por encima de más de una docena de mallones. El dorado, el rey de nuestros peces, que aparentemente busca las puntas de los arroyos para desovar, ahora que dichos artefactos de fabrican industrialmente y a un precio sumamente accesible, se ve amenazado de extinguirse por falta de reproducción y su número y territorio se reducen cada vez más, ya que no se le permite pasar, (por los mallones) a sus desovaderos naturales. Entre los nautas y los pescadores comerciales de la orilla surge un incidente, que no pasa de las palabras por el corte de líneas. Se prosigue la marcha con afán para llegar al puente de la Panamericana antes del mediodía. En las márgenes empiezan a verse montes artificiales de sauces, eucaliptos y álamos, también se ven y oyen muchas cotorras que tienen sus nidos en los eucaliptos. ( Las cotorras se alimentan principalmente de las semillas de los eucaliptos). Hasta el momento la flora predominante había sido de algarrobos, cinas cinas y otras variedades silvestres.
Ernesto Fidel Atencio.
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RIO ARRECIFES: RUTA PANAMERICANA II

Al pasar por un montecito vemos a varios compañeros nuestros, que se habían adelantado, encaramados o arrimados a un árbol, luego nos damos cuenta que se trataba de una higuera. Al enfrentar el campamento de unos pescadores de caña, de Chacabuco, les preguntamos si habían visto pasar algunos compañeros nuestros y les comentamos que vamos en unos catorce botes, y nos grita un robusto chacabutense, entusiasmado: "¡Por fin!". Los trasmallos, espineles y barriletes nos estorban continuamente, además todavía hay algunas trabazones de ramas. Al pasar por una playada un dorado salta a bordo (Entre las piernas del Dr. Paccusse), un poco más adelante desembarcamos en otra playada y comprobamos que se halla formada exclusivamente por caparazones (fósiles) de almejas pequeñas de río y caracoles. Ariel aprovechó para bañarse, por lo que la bautizamos Playa Bártoli. Las ramas desaparecen. A un pescador preguntamos si vio pasar a los conscriptos, y nos pregunta si eran los que iban en una canoa de chapa podrida. Tres de los conscriptos, que iban en la canoa de chapa, nos habían pasado, yendo dos en la canoa y el otro corriendo por la margen del río para disminuirla de peso, turnándose. Seguimos ayudando a los arrecifeños, aunque vuelve a preocuparnos la escasez de nafta, a remo difícil que podamos llevar la lancha mucho tiempo. Un avión nos sobrevuela mientras pasamos por debajo de las líneas de alta tensión, posteriormente nos enteramos que venía de Pergamino fletado por la firma Bártoli Mix, patrocinadora de nuestra lancha. A eso de las 13 h., los más adelantados pasamos por los restos del puente viejo y llegamos por fin al puente de la Panamericana. Otro grupo quedó almorzando y descansando aguas arriba.
Ernesto Fidel Atencio
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